Transformación con IVA
“Liderazgo de personas con IVA –léase Ideas, Valores y Actitudes-“ y la necesidad de que las instancias políticas lo que deben hacer es crear un entorno favorable para que “las miles y miles de decisiones diarias de las empresas y los empresarios»
puedan conducir a España a protagonizar un cambio de modelo que le
permita salir de la crisis actual, son, en mi opinión, dos ideas
fundamentales expresadas por Carlos Losada, director general de ESADE, en su conferencia en la sesión de Tribuna Barcelona, el lunes pasado.
Que España necesita transformar su modelo económico, es una necesidad
incontestable a tenor de como nos está sacudiendo la crisis mundial
actual. Hace un año y medio, según las instancias políticas del
gobierno: el país iba bien, era el Estado de la UE que mejor había
crecido estos años y que más había ahorrado, convirtiéndose en un país
prospero y con una economía sólida. Y ahora nos vemos como un púgil en
el ring recibiendo devastadores ganchos –de izquierda y de derecha- en
cada round.
Al vuelo, el diagnostico no es favorable. La crisis financiera
mundial tiene paralizado el flujo crediticio y las empresas y
consumidores se las ven y desean para conseguir los recursos para
realizar su actividad de compra e inversión. La explosión de la burbuja
inmobiliaria en España, que se venía venir desde hacía tiempo, un sector
con una gran incidencia en el empleo y en la economía -casi el 18% del
PIB o, según estimaciones más reales,
casi el 40% si se contabiliza el sector servicios relacionado con el
mercado de la vivienda-. La aceleración de la crisis en el sector
turístico, otro de los sectores fundamentales de la “economía sólida”
con un modelo “playa, sol y sangría” agotado desde hace bastante tiempo,
el segundo sector por su aportación directa al PIB –más de un 12%, sin
contabilizar otros sectores relacionados-. O, entre otros, la crisis del
sector del automóvil, un sector que se desarrolló con la implantación
de fábricas, a finales de los años 70 por empresas extranjeras,
aprovechando los bajos salarios y una serie de condiciones favorables,
pero que a fecha de hoy es inviable por el ajuste de la producción
internacional y la deslocalización en regiones con costes salariales por
hora y trabajador muy inferiores en países del Este de Europa o el
Norte de África.
No hay que ser un gran experto para observar que la “economía sólida”
de este país está noqueada con un futuro muy sombrío. Transformar el
modelo económico va a requerir muchas ideas para impulsar sectores con
potencial de crecimiento donde se pueda aportar valor añadido en una
economía cada vez más global. Se identifican sectores como el
aeronáutico, las biotecnologías, las energías renovables y el sector de
las tecnologías de la información y el conocimiento. Obviamente son
sectores de futuro, con un gran potencial de crecimiento en una economía
basada en el conocimiento y, lo importante, tenemos experiencias y
personas cualificadas. Pero también se van a requerir muchas ideas para
transformar algunos de los sectores “clásicos” de la economía española
aplicando criterios de sostenibilidad, diseño y calidad.
Asimismo, transformar el modelo económico va a requerir transformar
los valores y las actitudes. Llevamos muchos años asentados en una
cultura basada en el “pelotazo”, el éxito fácil y en un consumo
desmesurado. Una cultura que ha impregnado a mucha gente, sean
empresarios o simples consumidores, y de aquellos polvos vienen estos
lodos. Millones de parados que difícilmente se incorporaran al mercado
de trabajo, ciento de miles de familias que arrastraran durante años las
cadenas crediticias, etc… Una cultura que ha propiciado, por activa y
por pasiva, la visión cortoplacista y electoralista de las instancias
políticas, tanto en el gobierno como en la oposición.
La visión, mi visión no es optimista, pero tengo la esperanza de que
la situación pueda cambiar. No vale recurrir al falso optimismo de los “diminutos, frágiles y precoces brotes verdes”
y otras monsergas, porque la psicología económica –cuando falla la
teoría y la práctica de la ciencia económica- nos diga que la creación
de un entorno de optimismo, incita a la inversión y el consumo y, por
tanto, favorece la salida de la crisis actual.
El liderazgo de personas con IVA es posible. Hay un gran potencial de
ideas y proyectos, y hay excelentes referentes para transformar los
valores y las actitudes. Entre ellos, a modo de homenaje, el gran legado
de Vicente Ferrer, el economista intuitivo, inteligente y visionario
que nos ha demostrado que se puede transformar radicalmente una realidad con ideas, valores, actitudes y escasos recursos económicos.
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