Se acabó el Mundial. Es la hora de la política

Ayer la selección española marcó un hito histórico al ganar por primera vez el Mundial del Futbol. Una victoria merecida y reconocida por los propios contrincantes por la calidad de su juego y los valores que han mostrado durante todo el evento deportivo: proyecto, autosuperación, espíritu de equipo, lealtad en la competencia, reconocimiento del mérito, solidaridad…. Se podría decir que una selección formada por jugadores de diferentes equipos, enfrentados, semana a semana, durante la liga hicieron piña para conseguir un objetivo común simbolizado por el brutal abrazo entre Casillas y Puyol, los dos capitanes del Madrid y el Barcelona, en el partido contra Alemania. Estamos viviendo un delirio de masas en todos los rincones del Estado, simbolizado por el color rojo de las camisetas y los colores de la bandera española, un delirio que podría interpretarse como sentimiento e ilusión, como un deseo interiorizado de que los valores que representa la selección española se traslad