El coaching es como el colesterol. Existe el bueno y el malo

El sociólogo Gilles Lipovetsky en sus análisis sobre la globalización nos señalaba la gran mutación que se está produciendo entre “ una cultura que ordenaba la vida con claridad, lo que daba sentido a la existencia encuadrándola en un conjunto de divinidades, de reglas y valores, de sistemas simbólicos ”, y “ la cultura-mundo que funciona al revés de esta lógica inmemorial, pues no cesa de desorganizar nuestro estar-en-el-mundo, las conciencias y las existencias ”. Es decir, estamos inmersos en un proceso de cambio dejando atrás la cultura que ha dominado nuestra existencia en el mundo desarrollado, durante una parte del siglo XX, con una hoja de ruta preestablecida para nuestras vidas, donde la seguridad, en muchos aspectos de nuestras vidas, estaba garantizada siempre y cuando se aceptase el universo disciplinario de las normas y reglas de la mayoría. Ahora, vemos como los ingredientes que daban sentido a la dicha cultura están en crisis, desestabilizados, faltos de coordenadas