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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Reivindicando al empleado público

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El chivo expiatorio Con la crisis económica-financiera que nos azota, el empleado público, es decir todo aquel trabajador por cuenta ajena que está al servicio de la Administración Pública, sea funcionario, laboral o eventual, se está convirtiendo en una especie de chivo expiatorio que debería pedir perdón por trabajar y estar al servicio de los ciudadanos. Se les recorta el sueldo en nombre de la “solidaridad” con los trabajadores del sector privado,  con el argumento de que como tienen la plaza asegurada por vida, se pueden estrechar el cinturón. Es un argumento tan repetido, últimamente, por los políticos y otros estamentos de los poderes económicos, que está calando en la ciudadanía la visión de que los empleados públicos son una especie de casta privilegiada. Obviamente,  un privilegio que únicamente se les podría atribuir al funcionario de carrera con plaza en “propiedad”, porque el resto, un número significativo, tiene el estatuto de cualquier trabajador. Ahora, desde l

Perspectivas de empleo para los próximos años (2011-2030)

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Ayer presentaron en la Universidad Europea de Madrid el estudio,  Creating Jobs in a global economy 2011-2030 ,  un trabajo de investigación   realizado por la consultora de empleo  Hays  en colaboración con  Oxford Economics , donde se destaca las principales tendencias del mercado de trabajo global, así como su desarrollo en las próximas dos décadas. En el estudio se analiza la forma en la que los gobiernos y las empresas se tendrán que adaptarse a un mundo en constante cambio, y cómo los trabajadores deberán afrontar nuevos retos por el cambio global que ya se está produciendo debido a la evolución  demográfica (crecimiento de la población mundial y el envejecimiento); el cambio climático; o los nuevos equilibrios mundiales entre diferentes países y economías y su impacto en la competitividad. Aspectos con una amplia repercusión en el mercado laboral. Del resultado de la investigación, se propone un plan de cinco puntos que gobiernos, organismos internacionales y empresas mul

Cumbre Europea. Del déficit público al déficit democrático

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El resultado de la Cumbre Europea para rescatar el euro no me provoca un exacerbado optimismo por las medidas que se han acordado buscando transmitir la idea de que se refuerza la unidad de Europa (Véase la  Declaración de los Jefes de Estado y de Gobierno de la zona euro PDF ) y que cuentan con el beneplácito del BCE y del FMI. Me preocupa la semántica latente de los términos que se utilizan en la Declaración. Para empezar  el término ciudadano está ausente  en el texto.  Se habla de gobernanza económica; disciplina presupuestaria; modificación de las constituciones; reformas estructurales; corrección duradera y efectiva de los déficits; supervisión de la ejecución del programa y los planes presupuestarios anuales;  etcétera. Los ciudadanos son los grandes ausentes. Que lejos quedan las grandilocuentes referencias a los ciudadanos de Europa que encabezaban los preámbulos de los tratados y pactos en el pasado. Es un pacto que impone una disciplina, que exige una coordinación de

Cumbre Europea. Muchas respuestas y pocas preguntas

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Estamos inmersos en un mundo donde dominan las respuestas y son raras las preguntas. Me refiero a las preguntas de gran calado, las preguntas sobre nuestro acontecer y nuestro devenir. En fin, preguntas sobre nuestra existencia como individuos y como sociedad. Estamos rodeados de respuestas, con muy poco margen para cuestionarlas. La respuesta a la crisis actual nos la dan empaquetada, sin matices: dado que hemos vivido sobre nuestras posibilidades, ahora tenemos que ser más pobres y lo tenemos que asumir con resignación. Es una respuesta fría, científica porque lo dicen los números del balance de las cuentas públicas y los indicadores macroeconómicos que miden los niveles de la crisis: hay que combatir el déficit. No nos dejan margen para cuestionar y profundizar sobre el porqué de ésta. Ayer, las esquinas y las calles de nuestras ciudades estaban llenas de agencias inmobiliarias, era la época de la especulación y el derroche del ladrillo y cemento. Era la época donde el sector f

Open Data. Costes y beneficios de la apertura de los datos

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En estos últimos años se ha ido consolidando una corriente de opinión, o toma de conciencia,  a favor de la apertura de los datos de los organismos públicos y de los datos de las investigaciones financiadas con fondos públicos.  Esta corriente de opinión, en general, busca optimizar las políticas de innovación facilitando que los datos de las Administraciones Públicas (AA.PP) y otros organismos públicos estén disponibles para su uso y reutilización con las mínimas barreras en forma de costes o “molestias” burocráticas para su acceso. Los criterios que se están aplicando para liberar los datos públicos son diversos: desde una posición política bien definida al voluntarismo de algunos gestores públicos, pasando por el simple mimetismo de replicar las iniciativas de terceros. Sin olvidar que en la mayoría de los discursos están aliñados con  la ficción de la transparencia . Sin embargo, la cuestión fundamental es que la decisión política para que los organismos públicos liberen los dat

Maruja y José. Cara y cruz del sentir de la izquierda

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Ahora que la izquierda institucional, la socialdemocracia,  está en crisis después del varapalo electoral que los ha expulsado del Gobierno del Estado, de las Autonomías y de los Ayuntamientos. Ahora que se plantean renovarse, buscando nuevos líderes y reconstruyendo un discurso que vuelva a conectar con los ciudadanos, deberían mirar a su alrededor, escuchar, reflexionar y pensar el camino que quieren elegir. En este sentido, dos noticias de esta semana relacionadas con dos personas, que comparten un mismo origen, pero no una misma trayectoria, pueden ser dos historias que ayuden a reflexionar sobre el camino a elegir para dicha renovación. Maruja Ruiz Martos es la mujer que rechazó la medalla de Honor del Ayuntamiento de Barcelona porque venía de las manos de « un Gobierno que sigue recortando derechos sociales «. Maruja es una mujer que llegó a Barcelona a los 13 años desde Guadix (Granada) y desde hace 50 años lleva luchando por las reivindicaciones y la dignidad de los barrio