La Marcha Negra o los diamantes de la dignidad

Anoche los mineros después de caminar durante más de 500 kilómetros desde las cuencas mineras de León, Palencia, Asturias y Aragón llegaron a Madrid para alzar la voz por el futuro de las cuencas mineras. La ciudadanía de Madrid, siempre grande, los arropó con generosidad y fraternidad. El carbón y el diamante, químicamente, son lo mismo. El carbón es el que da el color a la marcha porque el carbón tizna, pero es el sino del trabajo y el modo de vida de miles de personas y de sus familias. Pero no nos dejemos llevar por la superficialidad del color, la marcha nos deslumbra, con las luces en sus cascos, con la belleza de los diamantes de la solidaridad, la dignidad y la libertad. Nos deslumbra porque los mineros representan la antítesis de lo que propugnan los teóricos panegiristas neoliberales y sus palmeros ensimismados y deslumbrados por el individualismo más radical. El trabajo en la mina, el tener de picar carbón a 200 o 500 metros de profundidad sometidos a graves accid