La magia europea funciona
El pacto del consejo europeo de las 5:28 de la madrugada del 21 de julio del 2020 es histórico no ya por la movilización de los 750 mil millones de euros para afrontar la crisis del coronavirus y sus efectos socioeconómicos, es histórico porque por primera vez en la historia de la construcción del espacio europeo los ciudadanos, la cooperación y la corresponsabilidad con la mutualización de la deuda para afrontar la emergencia sanitaria y económica del Covid-19 ocupan la primera línea de las prioridades de la Unión Europea. Obviamente podemos buscar todas las fisuras habidas y por haber en el acuerdo si consideramos los intereses de cada uno de los estados, también podemos señalar el interés egoísta de una parte de los países para evitar el colapso de la Unión Europea porque países de la dimensión de Italia y España se van a pique. Nunca debemos olvidar que la construcción del espacio europeo se ha realizado y se está realizando a partir de un complejo entramado de acuerdos y desacuerdos entre países, y cuya percepción por parte de los ciudadanos es la de un madeja enredada.
Lo importante es que después de cinco días de negociaciones, a trancas y barrancas, con tensiones y altibajos los 27 aprobaron un acuerdo que obliga a todos los actores políticos del espacio europeo, sin excepción, a aterrizar y afrontar la gestión de la realidad con la mayor eficiencia posible. Podríamos afirmar, que Europa se federaliza y es un gran paso en la construcción de de un espacio europeo donde los ciudadanos son la prioridad. Tampoco debemos dejarnos llevar por la euforia, posiblemente veremos retrocesos, pero siempre nos quedará la esperanza de que también veremos avances. Quiero ser optimista y me quedo con las palabras del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel: “la magia europea funciona”.
No será fácil, para los países con importantes déficits en sus cuentas públicas, en sus sistemas productivos y en sus sistemas del bienestar como puede ser el caso de España, pero no deja de ser una bocanada de esperanza para los ciudadanos acongojados por una pandemia sin precedente en el último siglo. Los 27 conmina a España a tomar medidas para preservar el empleo, mejorar la cobertura de los desempleados, garantizar la liquidez a las empresas y reforzar su sistema sanitario. Algo impensable hace nueve años, cuando en la Cumbre Europea para el rescate del euro todo se centró en la corrección duradera y efectiva de los déficits y la aplicación los recortes para su consecución, lo que conllevó desempleo, cierre de empresas y un importante debilitamiento de nuestro sistema sanitario y la reforma constitucional española de 2011, la cual modificó el artículo 135 de la Constitución española estableciendo en el texto el concepto de estabilidad presupuestaria y que el pago de la deuda pública fuese lo primero a pagar frente a cualquier otro gasto del Estado en los presupuestos generales.
En clave doméstica, no deja de ser patético el “patriotismo” de la derecha (PP) y la ultraderecha (VOX) con su posicionamiento político en las instituciones, tanto españolas como europeas, poniendo todas las zancadillas habidas y por haber para endurecer las condiciones para España en la negociación, sin olvidar, también, algo que me duele, el posicionamiento “contra peor mejor” de un sector del independentismo en Cataluña, fundamentalmente del sector de Junts. Eso sí, al gobierno actual de la Generalitat no le ha faltado tiempo para reclamar unilateralmente su parte del pastel a las pocas horas de la firma del acuerdo, según ellos a Cataluña le corresponde 31 mil millones (22 %) de los 140 mil millones del total español. Es cierto que el peso de la economía catalana es importante (representa el 19% del PIB del Estado) y que la inversión debe servir para impulsar la recuperación de la economía española en su conjunto, por un lado, y propiciar la transformación del modelo productivo, por el otro, pero lo que no han entendido los de la Generalitat es que esto va de cohesión, inclusión y solidaridad entre territorios y regiones, tanto a nivel Europeo como a nivel de cada uno de los estados.
Tocará negociar mucho y, sobre todo, acertar en las medidas económicas y sociales para que el país pueda avanzar y transformarse y, sobre todo, evitar le corrupción y el despilfarro, algo consustancial a nuestras esencias. No será tarea fácil.
Comentarios
Publicar un comentario